Hoy salí a pasear porque estaba aburrida y hubo varias cosas que me llamaron la atención.
De lo primero que me doy cuenta, es que estamos en la época de los “rompimientos amorosos”. Si, porque a eso de mediados del año, pareciera que todos están pololeando, andando o pinchando, pero mas o menos en estos meses, todo aquellos que parecían tan felices, ahora lloran de “corazón roto”. Como ejemplo puedo citar tres o cuatro parejas que estaban firmemente asentadas en junio, y ahora, mientras reviso facebook, me doy cuenta de que no hay ni una que siga en pie de guerra (y es bien chistoso en realidad, porque siempre termino enterándome de estos rompimientos cuando le pregunto a fulano por su polola). Pareciera que se acabaron las feromonas en el aire, y que el chocolate o la cerveza se volvieron mejores amigos de todo el mundo (para pasar las penas más rápido pues).
Mientras me comía un helado sentada en una de las mesas del Mall, me fije en algo bien interesante…cuando un hombre y una mujer son amigos, se sientan frente a frente (para propiciar la conversación), mientras que cuando la pareja “tira para algo mas” se sientan codo con codo (la razón se las dejo a su imaginación). No digo que sea una regla que se cumpla siempre, pero es bien conocido que el ser humano sigue un patrón normal de comportamiento del cual no se da ni cuenta. Pero nótese que hay que ser bien consciente de la “etapa de conquista” en la que se esta para que la teoría anterior tenga validez. Cuando la pareja esta “flirteando” es probable que se sienten cara a cara, pero siempre con los cuerpos bien inclinados hacia adelante (mientras que en una pareja de amigos ambos miembros están prácticamente desparramados sobre la mesa, ni ahí con su mejor pose) y luego cuando la relación paso a ser algo mas “touch” se sientan lado a lado (o los dos en una silla, nunca se sabe). Cuando la pareja ya lleva tiempo, también se nota. Las caras de ambos se ven cómodas, no ansiosas, y siempre caminan bien apegados, como si estuvieron unidos con goma…y luego, cuando la relación esta media desgastada, es inevitable fijarse en la cara de aburrimiento, especialmente la del hombre. Es sabido que al hombre le da igual que le vean la cara de burro flojo, porque esta siendo honesto nomas…en cambio la mujer puede parecer radiante, pero puede que este chirriando los dientes por dentro…simplemente se nos da mejor fingir.
Es bien divertido fijarse en este tipo de cosas, porque es como espiar por la ventanilla de la micro a los peatones de la acera. No saben que los estas mirando, que los puedes atrapar en pleno movimiento grotesco (esa sacudida del calzón, esa exploración directo a la nariz, o esa mirada traviesa entre dos personas). En cierta forma es ser participe en algún acto de sus vidas, pues como personaje extra de la escena eres capaz de contar lo que sucedió en ese momento aunque seas incapaz de saber los nombres de los protagonistas.
En fin, se acerca el verano y por ahora hay muchos corazones rotos en vías de reciclaje. Estoy segura que para aquellos que lloran el viejo amor llegara uno fugaz, interesante y apasionante este verano, el cual los repondrá, para así seguir con el ciclo infinito de comienzos y rompimientos amorosos que existen en este estresante mundo.
Rocio.
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